Conviértete en un Monstruo

Publicado el 1 de mayo de 2025, 0:11
Monstruo

En el siguiente artículo especial quisiéramos analizar un fragmento de un poderoso discurso del psicólogo  Jordan B. Peterson titulado   "Conviértete en un monstruo", el cual ha generado bastante polémica en la actualidad por plantear la teoría que muchos hombres buenos e inofensivos, solo son buenos porque son cobardes e incapaces de hacer daño si es que la ocasión lo requiere y disfrazan entonces dicha incapacidad y temor con bondad e integridad. La idea de premiar la bondad y una conducta inofensiva viene desde tiempos antiguos y se afianzó con la creencia religiosa de que solo los hombres buenos y mansos tendrán una recompensa en la vida que está por venir. Esta interpretación se evidencia especialmente en un pasaje de la biblia, el cual citamos a continuación:

(Mateo 5:5) "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra."

 

Interpretación de Peterson

Por supuesto que  la Interpretación de Jordan B. Peterson es también bastante interesante al respecto y plantea lo siguiente:  “Manso” en este contexto no significa “dócil” o “inofensivo”, como se suele pensar. Él señala que en los textos originales (griego bíblico), el término traducido como “manso” es praus, que también se usaba para describir: “Un guerrero entrenado con su espada enfundada.” Es decir: alguien fuerte, poderoso, disciplinado, peligroso... pero que ha aprendido a controlarse. En palabras de Peterson: “Los mansos no son simplemente personas que no causan problemas. Son personas que tienen la capacidad de luchar, de causar daño si fuera necesario... pero eligen no hacerlo. Y por eso son los que verdaderamente pueden heredar la tierra.”

No se trata de ser débil o servil. Se trata de ser capaz de la fuerza y la violencia, pero con la voluntad moral de controlarla, solo así puedes interactuar con el mundo de manera justa y firme... y ser digno de “heredar la tierra”.

 

Discurso de Peterson

Para entender más profundamente este análisis, podemos leer a continuación un fragmento del antes mencionado discurso, a través del cual se puede entender el porqué en lugar de ser hombres buenos e inofensivos debemos convertirnos en monstruos que controlamos nuestra monstruosidad dispuestos a utilizarla cuando sea necesario.  

 

“No pienses que la virtud consiste en ser dócil o débil. No es eso. Ser inofensivo no es una virtud. Es una falta de poder.”

Si quieres progresar en esta vida, no puedes seguir siendo débil, complaciente o sumiso. El mundo es duro. La vida exige que tomes responsabilidad por ti mismo, por tu familia, por tu comunidad.
Y eso empieza con una decisión: convertirte en alguien fuerte, temido, capaz... un monstruo.

Sí, un monstruo.
Uno que es capaz de decir que no, de defender lo correcto, de soportar el peso de la existencia.
Uno que no se derrumba ante el caos.
Uno que tiene dientes, pero no muerde sin razón.

La verdadera fortaleza no es brutalidad.
Es tener poder... y saber cuándo usarlo.
Es ser capaz de hacer el mal, pero elegir el bien.

Conviértete en alguien que puede mirar al abismo sin pestañear.
Alguien que la gente respeta, no porque impongas miedo, sino porque saben que no eres débil.
Porque saben que eres capaz de luchar, pero eliges construir.
Porque saben que hay un monstruo en ti, pero lo tienes encadenado con disciplina.

Eso es lo que deberías aspirar a ser.
No simplemente bueno.
Sino peligroso. Y bajo control.

 

De Vuelta a la Comunidad

En nuestra comunidad también creemos que ser dócil e inofensivo significa que otros pueden pisotearte fácilmente, que no tienes recursos internos para defenderte ni proteger a otros y que las personas te puede ver como "bueno", pero en realidad es que no eres una amenaza para nadie, ni siquiera para la injusticia. Por eso animamos a nuestros miembros a realizar actividades físicas desafiantes, poner sus cuerpos y sus menes al límite a través de la práctica de ejercicios físicos, voluntariados en estaciones de bomberos o de búsqueda y rescate,  lectura  y análisis de materiales interesantes como los de Peterson y el debate de los mismos sin temor a expresar opiniones que pueden parecer fuera de lo común.  Animamos a la acción y al desarrollo de nuestro potencial peligroso, aunque el mismo deba luego permanecer quieto esperando la oportunidad con la esperanza de que nunca se presente tal ocasión. 

 

 

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